No hay palabra más elocuente
que la pronunciada en silencio...
RESUCITADOS
Solamente un clavo,
ardiendo de humildades te quema,
como un crucifijo hecho a medida,
la mirada
Apenas, una soledad hundida
palpita trágica en tu vientre
Una mala ventura
vino a congraciarse contigo,
y todas las albas se difuminaron eternas,
en un, definitivo, para siempre
Perdiste los zapatos,
las directrices y el camino
Arrojaste tu alma radiante
sobre mi lecho florido,
hundiéndote, en la sangre,
hasta inundarnos de sombra
y de llagas,
lo mortecinamente dormido
Has partido
y hacia un desangelado campamento
sin despedirte siquiera
de tus místicos y angélicos sueños
Y ya vas caminando derecho,
ilícito,
hacia la angustia y la oquedad
que te ha señalado indolentemente,
un explícito y autoritario dedo
Pero ya, poco o nada importa
Ya no queda mucha más tierra desolada
por transitar
Ya vives fundido y sepultado
a dos metros y tres días
por debajo de ella
Allí es
donde, los resucitados,
dignamente descansan
Rosa Iglesias
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