LA IRREVOCABLE Y TRISTE DETERMINACIÓN
Y Jesús maldijo, llorando, a la higuera
¿ Por qué sufres mi queridísimo hijo
tan solitario y desconsolado bajo la sombra estéril
de aquel deshojado árbol?
Oh ...mi padre, mi más verdadero,
mi más venerado padre y mi Dios …
¿ ...que no reconoces mi nuevo y amargado corazón,
aquel del que brotaban como fuentes, corrientes y rios,
caudales, pozos y torrentes, manantiales y marejadas de vida?
¿ Aquel enamorado e inocente corazón mío
rebosante de luces y de alegría,
sarpullido de colorido, congratulaciones y fiesta,
el que aleteaba derramándose incontenible
de pajarillos, bienaventuranzas y rezos,
el que florecía primaveralmente incansable
con amorcillos revoltosos, melodías y lirios...?
Oh ...mi padre, mi más venerado,
mi más verdadero padre y mi Dios …
Mi corazón, aquel que tú tan gerosamente me diste,
hoy nuevamente.... se ha roto
porque de esta mi dulce y desagradecida higuera,
ya nunca más saborearemos
un agradecido y delicioso... aromático fruto
Rosa Iglesias
miércoles, 28 de abril de 2010
LA IRREVOCABLE Y TRISTE DETERMINACIÓN
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