JESÚS, HERMANO ENTREGADO
Oh santo hermano mío, mi santo hermano amado en la cruz
Oh bendita humildad que invadiéndome me embargas
apaciguándome de esta herida sangrante en su luz
la furia y la verídica realidad
que prisionera en mi salmódica coraza, me amarga
Santa simbología tu pan
Émbolo en mi arteria más sacra,
trombo impenitente que en mi vena
al verte moribundo como amante fiel al dolor
se abre como estallido sin grito
y mudándose a tu rojo fuego, más vivo,
me sangra
Dios omnipotente y Señor,
rézale tú a Él,
al pordiosero sin par de la Luz filantrópica
y el Beso
Al creyente sabio
resucitando inocente en tu aliento
Mátalo,
Vuélvelo cruces... sin cara
Aliméntalo con tu muerte más pura ,
más blanca
Inspírale otro elocuente sermón ( pero sin montaña)
para hacerle justicia y piedad a este pobre
hambre y hombre del mundo,
a este paria del tiempo,
a este tozudo compañero de las almas,
que quiere sembrarse rama en la cruz
porque cree que muriéndose mil veces
en un solo día hoy,
a nos, desinteresadamente, y a vos, y a ellos y a ti,
nos ama
Oh Dios, sepulcro llameante le das,
Fuego Eterno sumiéndose cual llaga
cauterizando con fraguas la pena dolorosa
en la oscuridad sellada
No le resuciten más... en procesiones,
en andas,
no le pregonen más crucifixiones en saetas...
Déjenle que muera
solemne en su poca y mala salud
y que al clarear, con su maldita mala suerte al trasluz,
regrese a la horizontal más perfecta
dormido, sereno, dulce
entre sus ángeles y luces
y que para siempre yazca, al menos esta vez,
muerto al fin y sonriente,en la mullida eternidad
de un miraculoso lecho
Rosa Iglesias
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